viernes, 29 de enero de 2010

Salinger fallece a los 91 años de edad.


J.D. Salinger, autor entre otras obras de "El Guardián entre el centeno" ("The catcher in the rye") falleció el pasado 27 de enero recién cumplidos los 91 años.

Ha destacado siempre por su discreción, incluso a veces misterio, en cuanto a la vida publica. Autor que afirmaba que escribía para él mismo y que no publicar le daba una gran sensación de paz. Sin embargo obras como "Nueve cuentos", "levantad carpinteros", o la preferida de los críticos "Franny y Zooey" no han hecho más que afamarle.

Sin embargo, entre los lectores la novela que definitivamente le llevó a la gloria fue "El guardián entre el centeno". Es una lectura básica para la mayoría de los aficionados a los libros y en Estados Unidos se convirtió en un auténtico hito de su literatura. Algunos estudios llegaron a afirmar que esta obra era la más leída entre delicuentes americanos, un estudio quizás algo absurdo ya que no es la más leída entre los delicuentes sino seguramente una de las más leídas entre todos los estadounidenses.

Tuvo una vida de película, alistado como voluntario en la II Guerra Mundial, participante en el desembarco de Normandía,... Escenas de su vida que como no, han dejado huella en su obra como es el caso de "Un día perfecto para el pez banana". Sin embargo, hechos de los que como el resto de su vida, no suele hablar.

Ahora, aún nos quedan obras maravillosas que disfrutar.

jueves, 28 de enero de 2010

¿Es el arte sensaciones y sentimientos?




Aún hoy día, al contemplarse una pintura abstracta, un alto número de personas siguen sin entender, por qué eso debe estar en un museo, o quizás lo que es peor, queriendo entender una pintura que en la mayoría de los casos fue hecha no para entenderse, sino para sentirse.

Muchos aún piensan que la pintura debe reflejar lo que nuestros ojos están acostumbrados a ver. No hablo aquí de quienes no gozan con ella, pues que la valores no significa que deba gustarte, agradarte, emocionarte, ese tema es un mundo aparte.

Pero yo sigo pensando en que ¿por qué la pintura debe reflejar el mundo que conocemos? o aún más allá ¿por qué la pintura aún reflejando un mundo desconocido tiene que reducirse a formas y objetos reconocibles? Aceptan el mundo surrealista, en el que las cosas no tienen sentido, pero esas COSAS, ya sean objetos, personas, naturaleza, les son familiares. ¿Por qué se acepta eso y no se acepta pinceladas violentas? ¿Porque las pinceladas no es un objeto que nos rodea?

Más aún me planteo esto cuando, a la eterna pregunta sobre qué debe tener una obra para ser buena ,la mayoría de las personas responden "tiene que trasmitir emociones, sensaciones, algo". Con más inri entonces defiendo mi postura. ¿Acaso podemos materializar en un objeto más o menos cotidiano, una sensación, una emoción?


Pinturas: Fernando Zobel. Museo de Arte abstracto de Cuenca

sábado, 23 de enero de 2010

viernes, 22 de enero de 2010

Gregory Crewdson. Fotografía y cine.





Acaba de terminar en la Galería de Arte La Fábrica una exposición del fotógrafo americano Gregory Crewdson. Descubrí al artista en la exposición del Thyssen "lágrimas de Heros" con una fotografía impactante, reflejo de una mujer ahogada, o no, en su casa inhundada. Ahogada o no porque como el propio Crewdson dice "Una de las cosas que amo de la fotografía, a diferencia del cine u otra forma de narración, es que el espectador siempre incorpora su propia histora, ya que al final la imagen está sin resolver (...) Me interesan las limitaciones de la fotografías por su capacidad de presentar una imagen completamente congelada, donde no hay ni antes ni después". Al ver esta fotografía, ¿está ahogada? ¿Qué ha ocurrido? Crea tu propia historia. En esta misma línea, la fotografía que da imagen a la exposición de La Fábrica, encontramos una mujer, solitaria, tomando un baño, una escena que bien podría ser cotidiana, pero en su tonalidad, en su enfoque, iluminación, personalmente me da sensación de tristeza, de melancolía, como si aquella mujer no pensara en otra cosa que en suicidarse.

Por otra parte, a pesar de decir que el cine no tiene ese privilegio, no cabe duda de que su fotografía tiene una grandísima influencia cinematográfica. Ese cine de ambiente americano quizás un poco misterioso, el cine de Spielberg o Hitckcock (aunque sea autor ingles), de paisajes solitarios, con una cierta influencia de las escenas de Hopper. Tanto de cine tiene que incluso en muchas de sus obras no sólo vemos una iluminación de grandes focos, sino también los propios focos y grúas para tomar las tomas de grabación.

La técnica de Crewdson hace también que en ciertas fotografías tomen una estética pictórica que hace dudar por momentos de si realmente se trata de fotografía, pintura o una mezcla de ambas.

Lo cierto es que Gregory Crewdson para entendidos o no, aficionados o no, a la fotografía, llama la atención, cautiva, asombra e intriga.