jueves, 19 de septiembre de 2013

El "postureo" en la cultura





El otro día en una reunión de amigos uno de ellos preguntó:

- ¿A qué se refiere la gente cuando usa el término "postureo"?

Y otra amiga le contestó:

- Es... por ejemplo, cuando no te importa nada la exposición de Dalí pero vas para poder subir la foto en instagram diciendo que has estado.

Y así es.

Exposiciones como Dalí, Hopper o Antonio López crean gran expectación. Las colas son de horas y horas, las entradas se agotan. ¿Es una moda? Ahora se lleva el ser un "moderno-intelectual" de gafas de pasta y queda bien decir "He estado viendo Dalí. Un genio" cuando quizás antes no hubiera visto una sola obra de él.

Pero la verdad... me alegro.

Sea moda o no lo sea, al menos sirve para acercar el museo y la cultura a la gente, y lo que es más importante y parecía más difícil, a los jóvenes. Lo mismo se van de las salas sin enterarse de nada y sólo con una foto para "posturear", pero apuesto a que a la mayoría les marca en mayor o menor medida. Quién sabe, lo mismo hasta repiten.

jueves, 29 de agosto de 2013

Visitando Museos: MFA, Boston



Visitando museos vas cogiendo ideas que te gustan, otras que no tanto y cosas que te sorprenden de uno u otro.

En este caso, el Museum of Fine Arts (MFA) de Boston fue para mi una gran sorpresa. El contenido era bueno, extenso y variado, pero eso ya lo sabía. Lo que de verdad me sorprendió fue su dedicación al público y como se piensa en él en cualquier campo dentro del edificio. Debería ser algo normal en cualquier museo ya que una de las misiones principales de éstos es dar a conocer, difundir y enseñar. Aunque, por suerte, cada vez esto se tiene más en cuenta, todavía queda mucho que recorrer y el MFA puede ser uno de los modelos en los que fijarse.

Entramos al museo. Lo primero, comprar la entrada. No es de las más baratas, 15 $, pero no es nada cara cuando te das cuenta que en ella se incluye tanto la colección permanente como todas las temporales de mayor o menor tamaño que se estén llevando a cabo en el museo (durante mi visita la principal exposición temporal era sobre los Samuráis, que finalizó el pasado día 4 de Agosto), está permitida la re-entrada durante todo el día de tu visita para poder verlo con calma, quizás salir a comer y volver a dar una vuelta más tarde. Pero lo mejor de todo es que con la entrada tienes otro acceso gratuito a las salas durante los siguientes 10 días. Así sí se disfruta un museo con calma.











El museo tiene de todos los tipos de arte que puedas imaginar. Egipcio, mesopotámico, griego, africano, asiático, del gótico a nuestros días, vídeo-arte, fotografía, mobiliario, cerámica,... y lo mejor de todo es que han sido lo suficientemente atentos con cada tipo de arte como para dedicarle a cada sala lo necesario para una mejor exposición. No tiene nada que ver la exposición de unas obras contemporáneas que los lienzos que colgaban en los grandes salones del XIX, unas vidrieras o la cerámica japonesa.















Los museos cansan, y más cuando tienen tanto que ver. Por mucho que nos entusiasmen, lo pies están locos por descansar y nuestra mente también. Lo saben bien en el MFA que sorprende -gratamente- ver que es habitual que cada cierto tiempo te sorprenda un área de descanso con sillones y sofás. Las cafeterías y restaurantes en torno a las salas aparecen como por arte de magia. Eso sí, integrados.





Me gustó también la información que se ofrece al visitante además del habitual mostrador a la entrada. En el Hall central que distribuye las salas del museo un Samurai estaba disponible para animar e informarnos de la exposición que le dedicaban en las salas de abajo. El departamento de Restauración contaba con una ventana permanente desde la que puedes observar las obras que están tratando, pero además unos paneles te explican el proceso y una pequeña pizarra te informa sobre lo que están haciendo en ese momento. En cartelas del arte contemporáneo incluso te explican los procesos creativos de las obras, las ideas de los comisarios a la hora de montar una exposición,... Así uno se siente más atendido.













Cómo no, el museo además se abre de par en par a los artistas. Era habitual encontrar gente, sola o en grupo, pintando y dibujando, inspirándose en las obras que cuelgas en los muros.







¿Queréis más? Pude pasear por una sala mientras montaban una pequeña exposición que se inauguraba próximanente. Ver al equipo del museo trabajando fue lo que más me gustó.











Por si todo esto era poco, me encanta el sistema de raíles para exponer las obras pictóricas. Evitas agujerar la pared y resultan muy versátiles.

 



Lo único que me dio pena es que no pude ver la gran obra de Gauguin "¿De dónde venimos? ¿Quiénes somos? ¿A dónde vamos?" porque estaba de préstamo en una exposición sobre el artista hasta Octubre.



¡Espero que sirva para animaros a pasaros por allí cuando tengáis la oportunidad!


miércoles, 1 de mayo de 2013

¿QUIÉN ES... Susanna Majuri? Escuela de Helsinki



















Hace ya casi un mes comencé un curso sobre fotografía artística contemporánea a través de "Vision of Art" por Juan Curto, de la Galería Cámara Oscura. Aún no hemos acabado el curso pero hemos hecho un breve recorrido por los grandes fotógrafos actuales. Personalmente me han llamado mucho la atención los fotógrafos de la Escuela de Helsinki, una escuela que desde 1982 forma fotógrafos de reconocimiento  mundial. Le dan gran libertad de creación, pero deben seguir unas pautas que finalmente serán importantes en su formación: La creación de un "artist statement". la creación de proyectos con una trabajo previo al propio disparo de la fotografía, unas sesiones críticas en clase de los portfolios que han debido preparar, y el estudio de la historia del arte.

Vamos a intentar a través de diferentes post crear un mini directorio de algunos de los principales fotógrafos de esta escuela.

Este primero está dedicado a Susanna Majuri.

Susanna nació en Helsinki en 1978, donde vive actualmente. Ha expuesto por toda Europa, Nueva York, Tokio,...

En sus fotografías encontramos un toque de vulnerabilidad, quiere mostrar sentimientos y los hace a través de pequeñas narraciones a las que aún les queda historia por contar. A pesar de tener terror a sumergirse en el agua cuando está oscuro, lo cierto es que el agua es un elemento siempre, o casi siempre, presente en su obra. Le gusta el color a través del agua, el misterio de no saber qué pasará cuando el agua ponga a los objetos en movimiento. Permite ver la realidad con una luz diferente.

Mientras dispara la fotografía, Susanna Majuri sabe que algo va a ocurrir. Quiere tocar el universo y convertirlo en algo fantástico. En sus propias palabras, "sigo la lógica de los colores, cuando combino lugares, personas y objetos. Para mi, lo más importante en la fotografía es la capacidad de transmitir emociones (...) imagina los detalles un poco más. Quien dibuja árboles en el estanque, cuando tocas la superficie de la casa, se convierte en tu compañera". Y es que una de sus series más famosas consiste en pintar el fondo de una piscina, o estanque, y situar a sus modelos dentro de ella, bajo la superficie del agua y crear así mundos fantásticos, algo surrealistas quizás. Como ya hemos dicho, quiere mostrar sentimientos, emociones. Susanna habla a sus modelos de cómo se siente, qué quiere representar, qué quiere transmitir y así son ellos los que son capaces de reproducir con gestos, movimientos, todas esas emociones.

Otra de sus series gira en torno a un bote, en su lugar preferido de Dinamarca, sobre la gente que lo encuentra, y en cómo pone sus sentimientos en él. En otra de sus fotografías una chica con vestido rojo, rojo fuego. Nunca es ella la modelo de sus fotos, sin embargo, en cierto modo, siempre se ve autorretratada en ellas.

Y qué mejor que sea Susanna Majuri, en primera persona quien nos lo explique: