domingo, 8 de noviembre de 2009
¿Hasta dónde puede llegar la conservación?
Las obras de arte, se realizaron en un momento determinado y con un fin determinado. ¿Debe su conservación cambiar ese fin?
Las obras, con el tiempo se van degradando, y el trabajo de muchas personas y, en un futuro puede que el mío, consiste en conservarlas de la mejor manera posible. Pero muchas veces esta conservación va más allá. ¿Hasta dónde se puede llegar?
Muchas ciudades hoy día están peatonalizando los centros, y uno de los factores más importantes para esta decisión es la conservación de edificios históricos. La iglesia de San Antonio de la Florida tiene una hermana gemela a su lado para evitar que se degraden los frescos de Francisco de Goya.
Soy partidaria de la conservación y de poder mantener las obras que hoy disfrutamos para que muchos años después puedan disfrutarlas otras generaciones, pero en ciertas ocasiones me parece que se está rechazando cierta esencia de las obras. Las ciudades pueden y deben cuidar su centro histórico y si no se empeora la calidad de vida de sus habitantes me parece una idea genial. Si esto dificulta el acceso, no.
¿Ir a ver los frescos de Goya sin ser de Goya? Puedo verlos en los libros.
Es cierto que en ciertas ocasiones la masificación de turistas o visitantes puede degradar una obra y se prefiere resguardar antes que dejarlas morir poco a poco, pero ¿Cuál es el punto?
Los edificios se hicieron para ser visitados, las pinturas para ser contempladas, y las ciudades para ser vividas.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario