martes, 21 de julio de 2009

Entonces, ¿Qué es arte? ¿Quién lo decide?


La pregunta más frecuente en una discusión artística, en una clase, en un museo o simplemente cuando te preguntan ¿Tú qué estudias? y respondes "Historia del arte" posiblemente sea "Pero y para ti... ¿qué es arte?". Y si encima vas más allá y dices que te gustaría especializarte en arte contemporáneo, en este caso la pregunta obligada es ¿Y a ti te parece que un pollo sobre una máquina de escribir es arte? ¿y un lienzo rojo liso es arte?

Bueno, creo que el concepto de "Arte" es lo menos definido en el mundo de arte valga la redundancia.

¿Qué hay que valorar para considerar algo como "arte"? Autor, calidad, originalidad,... Quizás ¿Quién decide qué es y qué no? Galeristas, expertos, conservadores, los propios artistas, el público. Lo más acertado sería pensar que todos ellos.

Mi opinión siempre ha sido que en lo referente al arte contemporáneo, ya que suele ser lo más problemático de definir (nadie duda de que "Las Meninas" de Velázquez, o "La ronda de noche" de Rembrant sean magníficas obras de arte) es normal que nos llame la atención, que sea criticado por unos y amados por otro, que nos choque, nos impacte, nos turbe, e incluso, nos repugne en ocasiones. Los impresionistas, artistas considerados hoy muy cualificados, fueron en su momento unos locos que no sabian lo que hacían, veían en ellos el fin del arte, no entendían lo que hacían, y lo mismo pasó con Van Gogh, con Pollock (que aún hoy sigue siendo discutido por gente que lo ve por primera vez), con Manet. Sus obras provocaban a aquellos que las observaban, no eran lo que estaban acostumbrados a ver, lo que solía considerarse como arte. Muchos murieron en la miseria, otros eran expulsados de los salones que se organizaban en la época, y hoy día se pagan miles y millones de euros o dólares por sus obras.

Las obras de hoy son criticadas hoy, y con toda seguridad, en el futuro, serán testigos de la sociedad, del momento histórico, político y cultural, el movimiento de unos pensamientos que circulan hoy día por nuestras cabezas y que algunos son capaces de plasmar de una forma u otra.

Pero tenemos también que ser críticos. No podemos tragarnos todo lo que nos pongan por delante. No todo es bueno, no todo es arte, o por lo menos, no todo es un arte que merezca la pena. Pero para esto "sólo" necesitamos TIEMPO. En el Renacimiento existían muchísimos autores además de Miguel Angel, Rafael, Leonardo, y todos los que hoy día estudiamos ya sean de 1º, 2º o 3º orden. Pero al final a nosotros nos han llegado los más representativos, los más característicos, y también, por qué no, los más revolucionadores en alguno de los casos. Hoy día tenemos a nuestro alcance TODOS los artistas, y habrá que esperar para que el tiempo haga una limpieza y sobrevivan los más fuertes.

Pero, una vez más, ¿quién decide qué es y qué no es arte? Todos y cada uno de nosotros. Por muy triste y desalentador que pueda parecernos, el arte, al fin y al cabo, como casi todo en esta vida, es cuestión de oferta y demanda. Al valorar una obra artística podemos tener en cuenta como dijimos al comienzo, la calidad, el caché del artista, la temática, la originalidad, la técnica, el impacto estético. Pero a todo esto al final se le pone un precio por el cual valoramos todos estos aspectos en conjunto. Si pasas por delante de una galería y ves a un autor colgando de sus paredes piensas "si está en esta galería es que debe ser bueno" quizás sea el cuñado del dueño de la galería, pero simplemente por estar ahí, su precio sube, porque sube su caché. Si un periódico habla del artista, sus obras comenzarán a valer más. Si sale en un libro, a todos nos gusta ver en el museo la obra que hemos estudiado anteriormente,... El galerista, el conservador o comisario que incluye una obra o un artista en su exposición, el espectador que lo compra, el estado que apuesta por un pintor, el crítico que habla sobre una escultura, el profesor que nombra a un autor en sus clases o sus libros,... todos ellos contribuyen a considerar a ese autor como artista o a esa obra como obra de arte.

Duchamp dijo que todo lo que el hacía era arte, puesto que ÉL era un artista. Pero si antes se consideraba artista a quién hacía arte y ahora arte a lo que hace el artista, ¿quién decide si es o no un artista? Aún así, su obra más conocida, "Fuente", ha sido considerada como la obra más influyente en el arte contemporáneo, el arte del "todo vale".

Y es que el arte, como todo, vale lo que estemos dispuestos a pagar.