miércoles, 12 de marzo de 2014

¿Nuevas tecnologías para la museografía?







Os escribo esta vez sobre un tema que, aunque llevo mucho tiempo dándole vueltas, el otro día, en una conversación entre amigos estuvimos hablándolo y puse más en orden las ideas.

Hay infinidad de congresos, charlas, discusiones y cursos sobre cómo conseguir que los museos en concreto y la cultura en general esté en redes sociales. Y yo me pregunto... ¿por qué no intentamos meter también a las propias exposiciones en las nuevas tecnologías (y no tan nuevas)? Y no me refiero sólo a las redes sociales.

Hoy día todos estamos hechos a la información, a poder interactuar con ella, a tocar todo, ampliar con los dedos, la tecnología táctil, poder aportar algo y "jugar" con ello. Pero no pasa en las exposiciones, al menos,  y por desgracia, en España.

Muchos países cuentan de forma habitual con arquitectos y diseñadores de interiores para el diseño de sus exposiciones, mientras que aquí es algo muy puntual.

En el Museo Central de Moscú han sido capaces de crear Van Gogh Alive, una exposición donde no ha sido necesario el gran desembolso que requiere el transporte de obras de arte de esta calidad, y sin embargo la exposición no ha sido una exposición de"posters"o falsificaciones, ni si quiera de "timo" por no ver un original del artista. Nada más lejos de la realidad. Es una exposición virtual que consigue en el público lo que es la principal misión de todos los museos y centros de arte: Aprender. Las imágenes de las obras del artista envuelven al espectador, que tras salir de la exposición ha podido entender los sentimientos del autor, sus por qués y sus cómo, sus pinceladas y sus colores. ¿Y no es eso lo que queremos? Mucho más embriagador que una obra junto a otra, en línea, una pared tras otra.

La Fundación Mapfre por ejemplo, tuvo esta idea más en cuenta en su exposición sobre la moda de Yves Saint Laurent donde te veías rodeado de un palacio de clase y lujo o la de Jean Paul Gaultier donde los maniquíes parecían hablar y cantar.






Y digo yo...  si la música transmite tantas sensaciones ¿por qué no introducirla en las exposiciones? Es el detalle que te hace sentirte dentro, que te introduce en ese ambiente.

Pero además de esta "ambientación" no estaría mal poder aprovechar toda esa información que los museos tienen sobre las obras, los estudios, y poder interactuar con todo ello... Quizás les de miedo que el espectador pase demasiado tiempo en las salas frente a la visita rápida con muchos visitantes. Pensemos que no es así, y que, por suerte parece que se está trabajando en ello, en las famosas App's.

Intentemos que dentro de un tiempo, cambiar el color de las paredes o atreverse a colgar dos obras más cerca la una de la otra e incluso una sobre la otra no sea la mayor transgresión que encontremos en los montajes.

Parece que por ahora, este papel de museo interactivo está solo reservado para los museo de ciencias naturales.

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